- Restaurantes y hoteles reportan ocupación nula y cancelaciones masivas, mientras empresarios locales alertan sobre el riesgo de quiebra.
La provincia de Imbabura enfrenta una de las crisis económicas más severas de los últimos años. Tras 17 días de paro nacional, las pérdidas superan los USD 40 millones, según estimaciones de cámaras y gremios locales. El turismo, uno de los pilares productivos de la provincia, se ha visto duramente afectado, con establecimientos que reportan caídas de hasta el 90 % en sus ventas.
Los bloqueos viales, la cancelación de reservas y la imposibilidad de movilizar insumos han paralizado la actividad turística en cantones como Ibarra, Otavalo, Atuntaqui y Cotacachi. Hostales, restaurantes, guías y transportistas se han quedado sin clientes en plena temporada alta, generando un efecto dominó en toda la cadena de valor.

“Estamos al borde de la quiebra; cómo abrimos si no hay flujo de clientes, si no se puede transitar. Esta medida nos está asfixiando”, manifestó Wilson López, propietario del restaurante Alpargate de los Tejares, uno de los más reconocidos de la ciudad de Ibarra.
De acuerdo con estimaciones de la Federación de Cámaras Provinciales de Turismo, el sector ha perdido cerca de USD 2 millones diarios en las provincias afectadas. En Imbabura, la situación es particularmente crítica: decenas de emprendimientos familiares que dependen del turismo local e internacional enfrentan un cierre temporal o definitivo.

Los operadores advierten que la recuperación no será inmediata, aun cuando el paro concluya, el impacto sobre la confianza del visitante podría extenderse por semanas, afectando también las festividades locales y las reservas para el feriado de noviembre.
El sector hace un llamado urgente al Gobierno y a los actores sociales para restablecer la movilidad y definir medidas de alivio económico, como facilidades tributarias, créditos blandos y campañas de promoción turística que incentiven el retorno del visitante nacional.
“El turismo es una fuente de empleo y progreso para miles de familias imbabureñas. Cada día de paralización no solo significa pérdidas económicas, sino también sueños que se apagan”, añadió López.
Imbabura, reconocida por su diversidad cultural y natural, busca recuperar pronto su ritmo habitual y reactivar la llegada de turistas que dinamizan su economía local.

