- El lago San Pablo, considerado uno de los recursos naturales más representativos del Ecuador y emblema de la provincia de Imbabura, enfrenta una grave crisis ambiental.

Su nivel de contaminación ha alcanzado una calificación de 7 sobre 10, lo que lo ubica en una situación crítica según los parámetros del Ministerio del Ambiente.

Cada hora, se descargan cerca de 68.000 litros de aguas residuales sin tratamiento en el lago, agravando el problema debido a que 14 plantas de tratamiento en la zona están fuera de funcionamiento.

Ante esta emergencia, el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), a través de su Dirección Zonal 1, ha iniciado un procedimiento sancionador contra el Municipio de Otavalo por incumplir la normativa ambiental.
Este proceso se basa en el artículo 151, literal c) de la Ley Orgánica de Recursos Hídricos, que considera una infracción muy grave el vertido de aguas contaminadas en cuerpos hídricos sin tratamiento previo. Si se determina responsabilidad, la sanción podría alcanzar entre cinco y once salarios básicos.

La viceministra de Ambiente, María Luisa Cruz, realizó una visita al lago San Pablo junto con técnicos de la Agencia de Regulación y Control del Agua, quienes tomaron muestras en distintos puntos para evaluar el impacto ambiental y obtener información actualizada.
Esta inspección también respaldará el proceso sancionador contra la Alcaldía de Otavalo por el daño ambiental.

Por su parte, el gobernador de Imbabura, Juan Sebastián Echeverría, fue claro al afirmar que se aplicará la ley con rigor contra los responsables, quienes podrían enfrentar sanciones tanto administrativas como penales.

El procedimiento iniciado por el MAATE está en curso, y la Municipalidad de Otavalo tiene un plazo de una semana para presentar pruebas de las medidas adoptadas para reducir el impacto ambiental en el lago.
