
Cuando la vida nos golpea tan fuerte que nos saca hasta el aire y la vida de un hijo depende de uno. ¿Cuándo un padre o una madre deja de pelear? La responsabilidad de un padre es hasta cuando uno se muera, porque un hijo debe vivir, un hijo es el orgullo de un padre.
José Luis Salguero Reinoso
“La vida nos cambia cuando somos padres. Dios me bendijo con dos hermosos hijos” así comenzó su relato José Luis Salguero Reinoso, a quien desde el 2016, la vida le dio un giro de 180 grados.
Vestía un calentador plomo con negro y verde. Sus ojos cubiertos por la mascarilla dejaban ver el rastro de un llanto. Entre sus manos portaba una carpeta con artículos de prensa, hojas y varias fotografías, entre ellas la de su hijo.
Con su mano izquierda, se aferraba fuertemente a la imagen de su hijo y luego de hacerse la señal de la cruz, empezó a narrar su historia.
Un calvario de casi cinco años
Era mayo del 2016 y todo parecía ocurrir de manera normal. De repente, su hijo Ariel Estéfano Salguero Noriega de 12 años, comenzó a padecer un severo dolor abdominal acompañado de vómitos.
Ante aquellos síntomas, José Luis quien es oriundo de la ciudad de Ibarra (provincia de Imbabura) y se profesionaliza como Ingeniero Auditor Financiero, se dirigió hasta la clínica Metropolitana, luego a la clínica Pasteur y posterior lo refirieron hacia la ciudad de Quito en el hospital Eugenio Espejo.
“Del Eugenio Espejo me mandaron al Metropolitano en Quito, que importa gastar lo que es la vida de un hijo, hasta cuando hay vida hay que pelear, hay que luchar” exclamó.
Finalmente lo derivaron hacia el hospital de Solca en la capital ecuatoriana y allí le dieron una noticia inimaginable, su hijo padecía un tumor de cáncer en grado 3 con sintomatología terminal y le manifestaron que debían operarlo de manera urgente.
De esta manera, José Luis indicó que regresó a Ibarra y decidió vender un departamento que había adquirido dos años atrás para cubrir los costos de aquella operación.
“Sin pensar dos veces vendí el departamento, vendí mi vehículo, electrodomésticos, muebles. Vendí todo y gracias a Dios pude pagar $ 69.327 y le hice esta primera operación a mi hijo en septiembre del 2016” dijo.
La enfermedad se hizo presente nuevamente
Cuando parecía que todo regresó a la normalidad y la salud de su hijo se recobraba, nuevamente siendo el mes de marzo del 2017, José Luis comentó que aquel dolor abdominal y los vómitos se hicieron presentes en la humanidad de Ariel y rápidamente con su esposa se dirigieron hacia Solca en Quito donde le manifestaron que aquel cáncer se regeneró en la zona del colon y mostraba un grado 2 por lo que era necesaria otra operación inmediata.
Con aquella noticia, José Luis dialogó con autoridades policiales tanto en Otavalo como Ibarra, e inclusive se dirigió hacia el Ministerio de Gobierno y la Vicepresidencia del Ecuador para buscar ayuda.
“Con el apoyo que obtuve, la operación costaba $ 53.000 y me la bajaron a $23.000. Auditando a varios conocidos en tres meses pude reunir para esta segunda operación de cáncer y le salvamos por segunda ocasión a mi hijo” señaló.
Una tercera oportunidad para seguir con vida
Pero, siendo el 02 de noviembre del año pasado, el dolor y las náuseas regresaron al cuerpo de Ariel y le indicaron nuevamente que aquel cáncer había retornado. Es así que José Luis emprendió nuevamente el viaje hacia la Vicepresidencia para solicitar ayuda, donde dijo que se le asistió con la reducción del costo de la operación de $ 46.000 a $11.000.
Con aquella ‘buena nueva’ se dirigió hacia Solca en Quito y le indicaron que la intervención debía hacerse en un plazo de tres meses, hasta que pudiera reunir el dinero.
Transcurrieron tres meses y nueve días para José Luis y luego de visitar restaurantes, casas, golpear varias puertas, logró conseguir la cantidad de $ 8.060. Mientras tanto su hijo permanece en Quito donde no puede ser ingresado a Solca a razón de la pandemia por el Covid-19 y actualmente vive en la casa del primo de su esposa, donde personal médico lo asiste pasando un día para realizarle los controles.
“Lo que más me da fortaleza son las ganas de que mi hijo siga con vida. La vida nos enseña a ser más humildes y más sencillos. Yo sé que puedo y lo lograré con la ayuda de todos los que me quieran apoyar”.
¿Cómo puedo ayudar?
Si usted desea colaborar con la operación de Ariel, se puede contactar al celular 095 88 47 295 a nombre de José Luis Salguero Reinoso. También al número de cuenta de ahorros del Banco Pichincha: 3223933800, a nombre de Verónica Noriega, esposa de José Luis.
